CURIOSIDADES

En esta sección de la pagina, iremos agregando pequeñas anécdotas referentes al club y sus protagonistas a lo largo de la historia.


Expedientes G |
Los "Expedientes G", son una serie de publicaciones de Diario El Chubut, donde el Periodista Deportivo Gustavo Gomez, detalla algunas situaciones curiosas de nuestro deporte. Nosotros, rescatamos algunas de ellas que tienen que ver directamente con el club Guillermo Brown.

El gol del "Coreano" y la mano de Juan Pablo Petronio
23/08/2009 |
Esta tarde, Guillermo Brown iniciará una nueva participación en el torneo Argentino A de fútbol. Las memorias del equipo escritas en las primeras páginas de su joven existencia en la tercera división del fútbol argentino ofrecen variados episodios azucarados y como es lógico, también encuentra diferentes momentos avinagrados.
Nada fue fácil para el club en el largo camino que lleva transitado en los últimos tiempos, y el fuerte corazón de los hinchas fue sometido en diferentes oportunidades a extremas pruebas cardíacas que ayudaron a robustecer el músculo más sagrado del ser humano.
El 6 de noviembre de 2000, el equipo debutó en el Argentino B con un testimonial 7 a 3 sobre Belgrano de Esquel. Esa temporada Brown llegó al cuadrangular final, pero se quedó en el umbral del ascenso, bebiendo así su primer trago amargo en el fútbol federal. Al año siguiente repitió la historia y también arribó a la última estación del certamen, pero volvió a naufragar en su intento.
La tercera fue la vencida. El equipo, dirigido por Luis Ignacio Murúa, ganó invicto el torneo en el 2003 y alcanzó el apetecido ascenso a la tercera jerarquía afista. Fue con un gol agónico de Néstor David Jones a los 43 minutos del segundo tiempo, en la final contra el intimidante Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Todos recuerdan aquella valiosa acción: tiro de esquina ejecutado a la perfección por Adolfo Otero, la pelota hace escala en la cabeza de Jones y supera el fracasado intento del arquero.
La masa browniana se estaciona en ese maravilloso episodio y es lógico, porque significó el gol del triunfo y el natural ascenso. Pero pocos recuerdan la siguiente escena, tan dramática y filosa, que de no ser por la extraordinaria intervención de Juan Pablo Petronio, la fiesta desatada segundos antes hubiera quedado dinamitada en el olvido.
El arquero rosarino sacó una pelota que tenía destino de red con una magistral aparición que merece la misma cotización que el famoso gol del «coreano». Desde la tribuna, cuando aún tronaban las gargantas llenas de gol, se veía casi en cámara lenta, cómo el balón se dirigía despiadado hacia el fondo del arco de la calle Moreno. A simple vista, no había forma de salvar el ciclo de la jugada. En ese preciso instante, Petronio sacó fuerzas de las fibras más íntimas, deslizó su cuerpo hacia a la izquierda, estirando el brazo casi al borde del desgarro para desviar el viaje del envenenado esférico. Un gélido aire surcó la columna vertebral de las 7 almas que habían acudido encandiladas por la gloria del ascenso al Raúl Conti. La pelota, tras el cachetazo desesperado del arquero cambió de rumbo y se fue desviada, despacio, hasta fallecer la última esperanza del lobo mendocino.
El alma regresó al cuerpo y las gargantas volvieron a bramar al unísono para convertirse en una sola voz de aliento. Sabían que ya no existiría método ni fórmula para perforar el arco defendido por el bravo portero.
Siempre se recordará con gloria el inmortal gol del coreano Jones. Pero también, a no dudarlo, habrá que guardar un espacio en la memoria para la obra de Petronio.

Un clásico de básquet que terminó ¡¡¡empatado!!!

09/08/2009 |
Si contara simplemente que un partido de básquet terminó empatado, que lo protagonizaron Brown y Madryn y que los hinchas de ambos clubes se retiraron por la misma boca de salida codo a codo comentando con una amplia sonrisa el maravilloso espectáculo que habían presenciado, muchos creerían que esta narración es pura ficción y que aquí sólo se trata de exponer un cuento cargado de fantasía.
Sin embargo este particular hecho ocurrió hace 25 años atrás. Fue el domingo 12 de agosto de 1984, en el Palacio Aurinegro. El partido concluyó, luego de los 40 minutos reglamentarios, empatado en 59 puntos y fue necesario recurrir a un tiempo suplementario, como marca el reglamento, para tratar de determinar a un ganador. En el tiempo extra, volvieron a quedar igualados, esta vez en 67, sin que se notara diferencia alguna en el juego ya que era notable la paridad que ofrecían los equipos a medida que el partido crecía. Entonces, ahí mismo se resolvió dejar empatado el amistoso, sin que surgiera ninguna discusión al respecto.
Esa noche estaba en juego la Copa «Periquín Díaz», en homenaje a quien fuera un extraordinario dirigente deportivo que había puesto el alma al servicio del Club Brown, aunque recibía por igual el cariño de toda la comunidad.
Los dirigentes de ambos clubes estuvieron de acuerdo en organizar un encuentro amistoso, sabiendo que la respuesta del público sería masiva porque el básquet por aquel entonces encendía grandes pasiones y como estaban los torneos provinciales a la vista, venía bien afrontar diferentes partidos amistosos para aceitar los sistemas de juego.

El famoso pullover rojo carmesí del Tupa
13/09/2009 |
Un efectivo lanzamiento del «Tupa», debajo del aro, a escasos segundos del final de partido, le otorgaron a Guillermo Brown una recordada y necesaria victoria sobre Federación Deportiva YPF de Comodoro Rivadavia, la noche del 27 de junio de 1987, en la penúltima fecha del torneo regional de básquet, clasificatorio para la Liga B (en ese entonces, segunda categoría del básquet nacional).
Ahora bien, observando con detenimiento las primeras líneas, se puede caer erróneamente en el pensamiento de que el personaje en cuestión era un fino jugador que se convirtió en leyenda aquella noche por su extraordinario aporte debajo del cesto.
Cabe realizar algunas aclaraciones que distorsionaran severamente la imagen del supuesto player. El Tupa no era jugador, sino un simple hincha que estaba detrás del aro ubicado a escasos metros del acceso al gimnasio Benito García y el efectivo lanzamiento que realizó fue de un usado pullover rojo carmesí que interrumpió el trayecto de la pelota que iba derechita a tomar contacto con la red para inexorablemente sellar la victoria del equipo de Comodoro Rivadavia.
El Tucumano Ibarra, esa noche volvió loco a los hombres de Brown y cuando el partido caducaba, corrió confiando para depositar en bandeja la pelota que le otorgaría a su equipo el pase a la siguiente fase. Pero cuando el cuerpo del hombre petrolero levantó vuelo, en la última acción del partido, surgió la «figura del juego» para arruinar la victoria de los comodorenses. El Tupa, avanzó dos pasos, entró a la cancha y con su mano derecha, boleó el atuendo que antes había descansado sobre sus hombros. La emblemática prenda, se enredo con la pelota y el lanzamiento cambio de rumbo, sin llegar siquiera, a tocar el cesto.
Esa noche, una multitud cubrió la única grada que tenía el estadio de la calle Yrigoyen y muchos simpatizantes debieron ubicarse detrás de la línea del fondo de la cancha, separados del rectángulo por apenas un fina soga.
Allí estaba, firme, Francisco Fariña, el personaje en cuestión que encontró un lugar en la historia del deporte patagónico.
No fue precisamente un héroe deportivo, pero se convirtió en paladín browniano por el certero disparo que tapó el doble que iba a significar el triunfo del rival. El Tupa, luego de aquella arriesgada acción salió disparado por el portón que en ese entonces daba a la confitería, mostrando sus desconocidos dotes atléticos para dejar rápidamente rezagados a varios hombres de Federación que lo buscaban no precisamente para felicitarlo. Se perdió el final del partido que ganó Brown por un doble. Varios días después, apareció por el centro de la ciudad, feliz por el triunfo de su equipo, aunque aún perduraban en su cuerpo las secuelas del fuerte resfrió que adquirió al salir veloz de gimnasio, desabrigado, sin el famoso y emblemático pullover rojo carmesí.

Expedientes G | Por Gustavo Gómez


Viernes 06 de abril de 2007
Pablo Collazo los saluda
Buscando información sobre futbol, me encuentro con la grata página de Guillermo Bown, la cual menciona mi paso por el club y mi trabajo allí, a través de Carlos Monje. Mi emoción fue muy grande... primero porque el testimonio viene de alguien a quien yo aprecio mucho y que también lucho junto a mi, al igual que "bocha" Bordenave, Hnos. Tiburzio, el Tata Garmendia, Miura, Ardetti y tantos otros...También me llena de alegría ver a la Banda en el Argentino A, es el sueño de mi vida.
Ahora quisiera que se cumpla otro sueño, que los jugadores salgan de la zona, ya que los hay y muchos. Todos los años se traen jugadores de otros lugares y si no se logra la clasificación, a fin de año se van y el club se desmantela...
Bueno, volviendo a lo que me llevo a escribir mi mensaje, que es el grato recuerdo de mi paso por Brown, agradezco y saludo a todos los dirigentes que hicieron posible el estadio y el césped que por aquellos tiempos también era un sueño.
Los recuerdo a todos ... ARRIBA LA BANDA !!! los quiero en el Nacional.
Un abrazo cordial de alguien que los lleva en el corazón.
PABLO COLLAZO
Espero mensajes de aquellos que me recuerden o de los que, aunque no me conozcan, deseen charlar o se interesen por mi trabajo en la zona.
Aclaración: Quien desee la dirección de correo electrónico de Pablo Collazo, solicitarla a brown2000web@gmail.com

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01 de diciembre de 2005
LA VENTAJA DE ESTAR PRESENTE EN LA RED.
Desde que Brown2000 esta en el ciberespacio mucha gente estableció contacto con la pagina para dejar inquietudes. Hinchas o ex jugadores que viven en otras partes del país y del mundo que se contactan para enviar saludos y decirnos que siguen siendo de la Banda, hasta palabras de agradecimiento por parte de hijos o nietos de fundadores del club que ya no viven en nuestra zona y encontraron la mención de sus familiares en la sección "Historia del club".
UNA PIEZA DE COLECCIÓN
Hace algunos días, recibimos correo electrónico, dos fotos de una vieja camiseta blanca con la banda azul con la publicidad "Playa Madryn" en el pecho. El dueño de esa histórica camiseta, es Bruno un coleccionista de camisetas que vive en Capital Federal y nos preguntaba si alguna vez había sido usada por algún equipo de Brown. La camiseta llego a sus manos cuando una persona cuyo nombre no recuerda, se la regalo en Bahía Blanca y le comento que era de Brown de Madryn.
LE PREGUNTAMOS A UN HISTÓRICO.
Si existe alguien que conoce mucho sobre la historia del club, es Carlos Monje que fue utilero de la Banda durante mas de 20 años y recurrimos a el con la esperanza de conocer la verdad sobre la camiseta en cuestión.
En menos de 24 horas, Carlos Monje nos trajo fotos del equipo de primera división del año 1981 que por ese entonces era dirigido por Pablo Collazo, un referente del fútbol madrynense y mentor entre otros de nuestro entrañable amigo Luis Murua.
Carlos Monje además de probar con fotos que esa camiseta fue usada por la Banda, nos contó además que "Playa Madryn", era una tienda que por entonces se ubicaba sobre la avenida Gales. Por gestión del mismo utilero, la tienda le dono al club un juego completo compuesto por camisetas, pantalones y medias y 20 buzos de color azul. Desde ya, el agradecimiento de Brown2000 a todos los que toman contacto con la pagina y a Carlos Monje que siempre será un referente de la historia Browniana.

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