Los hermanos Williams


Image and video hosting by TinyPic

  Martes 30 de marzo de 2010
Luís Jorge Marzullo su fallecimiento
El domingo falleció en la ciudad de Trelew el señor Luís Jorge Marzullo que fuera integrante del primer equipo de básquetbol de nuestro club .
Integró ese equipo que jugó en la antigua cancha existente en la avenida Roca entre Sáenz Peña e Irigoyen. Perteneció a un entusiasta grupo encabezados por el recordado Carlos Barroso fundador del club, quienes iniciaron este deporte en la década del 40.
Tal cual nos contara Luís, llevaban los “tableros” portátiles y los ubicaban cerca de donde hoy está la sede del club Madryn y allí los mas chicos aprendían a jugar ese nuevo deporte.
Luego de su ida a La Plata donde se recibió de Geólogo se radicó en en Trelew donde fué el formador del básquetbol en el Club Deportivo Huracán.
Retirado del deporte activo luego fue presidente de la Asociación de básquet regional por varios períodos, volcando allí su pasión por el deporte del baloncesto.
Hoy, Brown 2000 hace un alto en esta etapa floreciente del club para recordar a quien fue justamente un pionero del básquetbol regional.
Por Darwin Willams

Domingo 07 de octubre de 2007
NOSTALGIAS DE NUESTRA GENTE
Ecos sobre los 60 años de la primera vuelta de Brown

El Diario de Madryn, fue el único medio que el 21 de septiembre del corriente año, recordó con emoción y situándose en la imaginación a recordar los sesenta años que el club Guillermo Brown de nuestra ciudad, daba la primera vuelta olímpica de su historial. Claro, que hay gente que recordó lo sucedido aquella maravillosa historia, con mucha más precisión por el solo de haber vivido “la verdadera historia”. Uno de ellos, ha sido Darwing Williams, que por medio del profesional Gustavo García y su ya reconocida a nivel internacional página web -Brown 2000-, se explayó con total autoridad sobre los motivos ya citados.

“Sres Brown2000. Me dirijo a Uds. y por su intermedio quisiera llegar hasta el periodista Horacio Adaro. Primeramente felicitarlos por la página ya que vuelca todo lo relacionado con nuestro club con una madurez llamativa. Esta felicitación quiero que se haga extensiva al periodista Adaro ya que sus notas, buscando las cosas que hacen a la historia de Brown demuestran que realmente es un periodista que cumple con su misión con trabajo y dedicación. Esto se relaciona directamente a su magnífica nota de recordación por los 60 años de la obtención del primer título en fútbol. Lamentablemente hay una serie de "errores" en dicha nota que quiero indicarle con todo respeto y con la intención de que dicha historia se perfeccione, así con el tiempo se puedan corregir algunas cosas que los que todavía quedamos de aquel pasado estemos en condiciones de hacer. Entrando en la nota mencionada aquí van mis observaciones. La fotografía que se acompaña no corresponde al equipo campeón que derrotara por 6 a 3 al Deportivo Madryn, en la vieja cancha del Madryn, y sí al primer equipo de la entidad, año 1.945.
En este entonces yo tenía10 años y me acuerdo del mismo. El partido terminó en un escándalo ya que "Morrete" Giménez (creo que era el arquero), se fue al área de Brown y agredió al arquero Narez. El escándalo fue tan grande que se suspendió el partido. Dentro de la formación del Deportivo Madryn figuran los Fazzolari, que eran dos hermanos que vinieron de San Antonio o Patagones. Uno de ellos, Francisco, le llamaban "Chico" jugó también en Brown y fue un gran basquetbolista que jugó y fue también fundador del Club Pucará. Su otro hermano cuyo nombre no recuerdo, tuvo un triste final en cancha del club Madryn. Jugaban Brown y Madryn cuando el árbitro cobró un penal a favor de Brown. Fazzolari que jugaba de 9 se encargó de patear el penal. Fue sobre el arco norte, y su tirito fue como una "masita" como se dice ahora, a tal punto que creo que si el arquero de Madryn no agarraba la pelota, no llegaba a pasar la línea. Cuando Fazzolari regresaba para el centro del campo, cayó muerto por un ataque cardíaco. Es triste recordar estas cosas, pero son hechos que ocurrieron y que deben quedar en la historia del club.
En la formación de Brown, el jugador que figura como Maldonado no es otro que el inolvidable "Capote" Ernesto Vargas. Era posiblemente el más joven de todos.
Para ese primer partido la atracción fue tan grande que el Ferrocarril envió un tren "charter" a Trelew. La pequeña población de Puerto Madryn quedó desierta ya casi todo el pueblo fue a ver la final. Recuerdo que fuimos toda la familia, a excepción de una hermana. El viaje era muy ameno y los 12 o 13 vagones estaban mezclados por hinchas de los dos clubes en la que no hubo una sola discusión, al contrario, los chistes y cargadas eran en un clima total de respeto.
La vuelta fue igual, pero el cansancio de ese día se sentía en todos. Tenemos que tener en cuenta que el viaje Madryn-Trelew era de 2 horas y media. En la ciudad había una zapatería que creo que se llamaba "Madryn" ubicada en la calle Sáenz Peña (local de la Familia Grimm). El dueño era de apellido Landa (creo) y había donado un par de zapatos al jugador que hiciera el último gol. Por supuesto el ganador fue Ernesto Vargas quien en tono de broma le decía que a la mañana iba a ir a buscar los zapatos.
Esta broma era mas que nada porqué Landa era simpatizante y miembro de la CD del club Madryn. También es de destacar que de aquel equipo campeón de 1947, Ernesto Vargas y Virgilio Lorenzi ("El colorado") repitieron como campeones en aquel equipo invicto de 1954.Volviendo a las formaciones, el jugador Apolonio, en realidad éste era su nombre ya que su apellido era Silva. En el 2do. Partido ya no hubo tren especial. En el comentario del partido se comenta "siendo expulsado "El Gran Capitán Walter Casado…"En realidad el 2 de Madryn no era Walter Casado sino su hermano Marino. Tuve ocasión de jugar con él en un partido en que la selección de Valle jugó en Comodoro Rivadavia contra Olimpo de Bahía Blanca, en la década del 50.
Walter Casado tenía en el año 47 aproximadamente 16 años y comenzó jugando muy joven como 8 junto con Andrés Sancha ya en sus últimos partidos.
Walter era hábil, muy buen jugador, pero como le ocurre especialmente a los delanteros, tuvo un problema en una de sus rodillas. La experiencia y su madurez lo llevó a ocupar luego el puesto de marcador central con el resultado conocido.
Me detengo en contar estas anécdotas para hacerles conocer cosas del pasado fubolero así los periodistas actuales con ganas de interesarse (como Adaro) reciban información directa de quienes vivimos esos acontecimientos (y que somos cada vez menos).
La nota a Quitito Gelpi me pareció excepcional. Esas notas deberán guardarse para que las futuras generaciones puedan leer y saber quienes fueron los que colaboraron al engrandecimiento de los clubes de la ciudad.
Mi única intención es salvar pequeños errores a una nota de un periodista "periodista" que busca en el pasado la historia del Club. Por otra parte, me ofrezco a aportarle a Adaro, toda la información que quiera (y me acuerde).
Por ejemplo realizar semblanzas de jugadores que fueron excepcionales y a los cuales no se les ha recordado como merecían: Pedro Victores, Mayo Miura, Ernesto Vargas, Virgilio Lorenzi, etc.. Párrafo a los hermanos que aportaron lo suyo: los hermanos Victores, Betancur, Sanabra, y tantos otros”.

Darwin Williams


Martes 12 de Julio
Los historicos se juntaron para festejar el cumpleaños numero 70 de los mellizos Irving y Darwin Williams a continuacion, algunas anecdotas del encuentro.
Introducción
Los hinchas del Brown saben bien que la institución desde el 14 enero de 1945 se llama CLUB SOCIAL Y ATLÉTICO GUILLERMO BROWN, aunque la mayoría hoy le dice Club Almirante Brown. 
Celebridades, personas de grandes glorias y hombres de renombre en la zona se han reunido junto a grandes amigos para festejar los 70 años de los mellizos Irving y Darwin Williams. En esta ocasión también sopló las velitas Horacio Cabito que para coincidencia del deporte han nacido el mismo día. 
Estos muchachos del Brown han construido sus caminos ligados a esta localidad tanto como al deporte.
Nos han convocado. Hoy con este homenaje, a esas vidas junto al fútbol, el básquet y el atletismo de la ciudad, les damos el merecido aplauso.
En este reencuentro han participado Irwing Williams, Horacio Cabito, Darwin Williams, Ismael Zunnino, Raúl Uñate, Nestor Manchot, Avelino "bocha" Obregón, Juan Carlos Conrad, Carlos Aura, Humberto Veiguela, Enrique Sanabra, Oscar Tolosa, Juan Carlos Macías y Manuel Ricardo Agüero. Acompañaron a estas figuras algunas de sus compañeras quienes los agasajaron con una nutrida cena: Inés "negrita" de Aura y Rosita Fernández, hijas de Benito García; Ivana Williams, hija de Irving; ......


El día que volvieron a tener 25 años
por Lara María Rosa
La circunstancia sirvió para traer gratos y grandes recuerdos al presente, entre risas, carcajadas, placenteros actos traídos a la memoria que repasan sin olvidar detalles y algunos que ya no están pero sus nombres pronunciados en la mesa hacen que también estén presentes. 
Los muchachos de entonces, allá por la década del 50 y 60, nos han contado algunas de sus travesuras, sus hazañas personales y deportivas, pedacitos de historias que vamos a devolver para compartir con la comunidad de la que siguen siendo parte, ellos también construyeron este Madryn. Aquí están algunos relatos que los "muchachos" remembraban, acontecimientos que por más que uno olvidara los minúsculos detalles seguro que otro sí los tenía presente.
"Un ex compañero nuestro de apellido Mellado, se fue a otro club. El día que debutó en Ferro, jugaban contra Brown, gritaba los goles del equipo contrario, ese era de Brown de corazón y de alma. "Gol nuestro dijo gritando", era fatal, lo abrazaban los rivales y saltaban juntos".
"El cura Jorge (BERD...........) era hincha fanático de Brown, siempre almorzaba en la casa de Benito (Benito García ), nosotros a veces comíamos en lo de Benito, de vez en cuando, cuando teníamos hambre, y teníamos hambre dos veces por día. Nos reuníamos Benito con toda la familia, nosotros y el cura que se había hecho muy amigo nuestro. Estábamos acostumbrados a palabrotear en la mesa, decíamos una grosería y le pedíamos perdón al cura que estaba en la mesa, "ta todo bien, dele, dele", respondía. Y después de almorzar, a la cancha siempre; y ahí estaban Benito y el cura. 
Cuando los partidos para suerte se les daba al Madryn, el gallego (Benito) se enojaba mucho, un día se baja y le retruca un insulto acordándose de toda la familia del referí 
"que no has visto esta jugada, no me rompéis los chicos míos, no me golpeas mis chicos y ...." y todo lo que nos podemos imaginar, cuando regresaba para el auto se disculpa con el curita, a lo que este le dijo: "está bien, está bien, estuvo bien, muy bien".
"En oportunidad de un asado, no recuerdo por qué motivo, en el club lo invitamos al padre .....(pame) nos tomamos unos vinos y el padre también le daba al trago, después que se tomó unos vinos... chau, no lo paraba nadie. Ese día cuando se fue "bueno chicos acá el padre con ustedes no estuvo", dijo el cura".
El padre Sáenz (un sacerdote al que se le debe el Club Pucará, también a Furio, a los Flores y a Malevo), otro de la banda, no solo prestó la iglesia para la cancha. Los muchachos iban al ferrocarril y volvían con unos fierros machazos para los aros, los tableros, unos fierros para poner alrededor, bolsas de cemento que no se sabía de donde los habían sacado, pero que lo habían conseguido por la mañana o algo así. Venían le golpeaban la puerta desesperados padre, padre.... el curita iba y les habría el portón que estaba donde está ahora la iglesia nueva. Pero muchachos decía el cura, esto es todo bien habido ¿no? me imagino. Sí, sí, padre. Era todo robado, los cables para la luz de la cancha de básquet, le sacaban los cables a las casitas que había en la rambla (entre esos estaba Malevo y Segundo) una vuelta desaparecieron 300 metros de cable de la rambla, nadie los vio auque nosotros sabíamos quienes habían sido".
En otra ocasión nos juntamos cinco, fuimos a comer al restaurante de los japoneses, ahí donde se come por seis pesos, cuando salíamos pedimos la cuenta, era 110 $, y el mozo nos dice: acá se come barato, pero se toma caro mi amigo, eran casi treinta mangos que teníamos que pagar cada uno, pero nos habíamos chupado todo".
Los mellizos Williams fueros siempre iguales en apariencia. 
Resulta que una vuelta, cuenta Darwin Williams, "íbamos toda la mafia para Esquel, estuvimos dos días, jugamos el domingo, y ya nos veníamos a la noche, salimos de la cancha y los muchachos no me acuerdo quien, me dice "ves esa chica que está allí está entreverada con Irwin, andá y ganale de mano". La piba estaba sentada en el colectivo, así que fui me senté al lado besito va besito viene, "que tal mi amor acordate que me tenés que contestar hoy", achicar no me iba a achicar, "y si le decía yo", dice el refrán que para achicarse después hay tiempo. "Sí, pero si qué, me decía la flaca". Y yo le decía re seguro: "Sí, lo que hablamos anoche...". En eso lo veo a mi hermano Irwin que venía subiendo al colectivo, me levanté y rajé agachadito para el fondo. La mina me quería pegar y yo Inocente Castro".
"Una vuelta jugábamos en Rawson, íbamos perdiendo, Aura era el cronometrista, novio de la hija de Benito (después se casaron), llegó la hora de terminar el partido y detenía el avance del reloj con la mano, hasta que hicieron el gol del empate. Ni bien entró la pelota en el arco Carlitos anunció a gritos que había terminado el partido, fue el partido más largo, de verdad, una eternidad, los contrarios reclamaban desde antes, "che cuando va a terminar" todos enojados". 
Al unísono recordaban a Benito García y entre el murmullo conforme de todos se detuvo una frase: "La única cosa mala que hizo Benito García fue morirse".

Néstor Daniel Manchot

Más que amigos, somos una familia
Para un hombre que está totalmente identificado con los colores de Brown poder compartir estos 70 años de estos tres personajes es un acto maravilloso. 
Nosotros más que amigos, somos como de la familia, tanto Uñate como los hermanos Williams, el mismo Zunino, Sanabra, todos somos del Madryn de antes, yo soy nacido aquí en Madryn así que nos conocemos de toda la vida y es una gran alegría, una gran emoción compartir este día con ellos. 
Todos han sido grandes personas, y también muy buenos amigos, más de un joven de hoy sentirá envidia al cumplir 70 años y no poder compartir una mesa con tantos amigos, somos fieles a nosotros mismos.
Sin duda que todo lo que le he dado a Brown en este momento pasa por la memoria y por el corazón, hoy día uno sigue ligado al club, siempre voy a los partidos, los entrenamientos, me encuentro con amigos, hago amigos nuevos, porque jugadores nuevos son amigos nuevos. Siempre estaré ligado al club.
Se me viene a la mente tantos recuerdos que pintan de lleno a estos muchachos de los que soy parte. En aquellos tiempos los mellizos vivían en Trelew y hacían dedo para venir a jugar al fútbol en Madryn, esa es una anécdota de grandes personajes.

Raúl Uñate (75 años)
Unas pilas a la vida
Bueno este día para mi es una alegría estar con estos chicos. Cuando los mellizos Williams empezaron a jugar con nosotros, íbamos a pedirle permiso a sus padres para que jugaran los domingos, y los padres los dejaban jugar si ellos habían estudiado bien durante toda la semana, sino no podían jugar. Y esa amistad perduró aunque ya vamos quedando pocos, yo dejé el fútbol antes que ellos, cuando me llaman el otro día para reunirnos por este motivo del cumpleaños, yo no andaba bien de salud, estaba enfermo y hoy llamé para confirmar que venía y no se de quien es más grande la alegría. Esta reunión ayuda a cargar las pilas.
Cuando nos encontramos en la cancha del Brown nos gritan ¡eh, fulano! ¡eh, mengano! Como no nos van a dar alegría esas cosas. 
Los mellizos, Barrientos, el zorro Betancur, pancho Zanabra, somos 5 o 6 los que quedamos. Es un motivo muy especial que halla una torta con los colores celeste y blanco. Son los colores de nuestra camiseta, la que nosotros defendimos con alma y vida, viajábamos en camión, levantábamos los bancos de la plaza después veníamos cansados, los teníamos que bajar dejarlos en su lugar, esos colores nos dan una alegría muy especial. 
Hay algunas anécdotas muy lindas, pero no son reproducibles, las llevo conmigo en el alma, y cada vez que me vienen a la memoria me hacen sonreír.

Conrad Juan Carlos
Mi admiración hizo que fuera hincha de su club
Admiración. Es un acto de grandeza para un muchacho como yo, estar con estos hombres de otra edad. Para mí realmente es un orgullo encontrarme con todos ellos, con estas viejas figuras de la institución compartiendo esta cena, ser reconocido también como un integrante más y poder festejar un cumpleaños de gente (ex jugadores) que marcaron una trayectoria dentro de la institución, yo soy de una época más actual, pero de igual manera pertenezco a la institución, me hice del club, soy y lo seguiré siendo.
Recuerdo a los mellizos jugando al básquet junto al "negro" Daniel Monchot, a Di Natale, Den Dulk, yo los ubiqué porque ellos para mí eran las mejores figuras, no los ví jugar al fútbol, pero sí al básquet, aunque sabía y me dijeron que al fútbol jugaban tan bien como en el básquet.
Yo era muy chico cuando los veía jugar, de ahí fue que yo me hice del Brown porque los admiraba. 
Los veía jugar en un descampado con un alambrado, en realidad era una laguna, era la cancha vieja del club Brown y el público estaba muy cerca de los jugadores, no había que pasarse del alambre porque te metías adentro de la cancha.

Horacio Américo Cabito
Estoy contento porque pude colaborar con el club
Casi 50 años en el atletismo. En mayo del 2006 pensamos hacer algo. En septiembre hacen 32 años que estoy en Madryn. Recién este año me enteré que el 12 de junio cumplo años junto con los mellizos Williams y la misma edad, somos amigos y a Irving lo conozco desde que vine a Madryn. Yo empecé en Brown en el año 75 más o menos. Hoy es el club más importante de la ciudad, la camiseta que representa a Madryn a nivel nacional, a mí desde chico me gustó el fútbol, pero con el tiempo me dediqué al atletismo. 
No sabía donde quedaba la cancha porque acá era todo descampado, resulta que la cancha quedaba a dos cuadras de mi casa, así es que fui a ver un partido. Como además me gustó la camiseta... Así me hice del Brown, desde el año 80 ya trabajaba en el gimnasio, con Veiguela, y otros que ya no están. 
Tengo una anécdota: los que trabajábamos en el club hacíamos baile los sábados para pagar la luz y el gas, hacíamos concursos de cantores los sábados y domingos, éramos tres los que siempre trabajábamos, también teníamos que limpiar el salón. Cuándo se estaba armando el gimnasio nuevo llovía adentro, en algunos bailes se nos inundaba el salón. A fuerza de lucha, de corazón y de pulmón, todo lo que uno sintió y siente lo fue haciendo y hoy estoy contento porque pude colaborar con el club.

Humberto Veiguela
Toda una historia
Dicen que soy el wing más ligero que ha tenido Brown en su historia. Yo digo que no sé si el más ligero pero donde ponía el ojo ponía la bala. Yo jugué en cuarta y quinta división. Una vez estaba mirando un partido, faltó un jugador, me mandaron a la cancha, metí 3 goles y después me querían poner en todos los partidos.
Me une mucha historia con Cabito, los hermanos Williams y al resto de la gente aquí reunida. En el año 54 yo comencé a incursionar en el Brown, era chico, pero los Williams, Zanabra, Uñate todos ellos jugaban, a Cabito lo conocí en el 79. 
Pocas veces se da la oportunidad de juntar tanta gente vieja que hizo historia para el club. Uno se da cuenta en estos momentos los personajes que hay en esta mesa, la cancha de césped que lleva mi nombre, "Cabito" el padre del atletismo, y estos mellizos Williams que han demostrado toda su vida ser hombres de bien.

Enrique Zanabra
De Brown hasta la muerte 
Yo soy miembro de la primer comisión que fundó el club, o sea desde el año 1945.
Cuando nace el club es cuando comienza a moverse el fútbol, así ocurrió también con el básquet. Yo ya hacía deportes, pero me identifiqué con Brown. Tengo muchísimos recuerdos. 
Después de haber sido jugador dirigí equipos de básquet del club, hicimos los primeros campeonatos, estuvimos como 5 años ganando todos los torneos, no recuerdo que hayamos perdido algún partido.
Jugaban los hermanos Williams, Manchot, Dinatale, Den Dulk entre otros. Brown se enfrentaba con Madryn, Pucará que también era de acá de Madryn, Independiente, Huracán y un club chiquito que era de Trelew, después con el tiempo surgió Germinal de Rawson.
Es una de las grandes satisfacciones que tiene el club, y también yo que dirigía ese equipo. Aunque no fanático, soy hincha hasta la muerte del Brown.
Jugamos cuadrangulares en varias oportunidades, la primera vez trajimos a un equipo de básquet de Esquel, después nosotros viajamos a Esquel. Otro campeonato que también ganamos, después invitamos a dos equipos de Comodoro, (Tiro Federal y Gimnasia y Esgrima), no nos fue muy bien, también jugamos con equipos de San Antonio y de Viedma, en realidad se hacían muchos torneos. 
Así estuve 25 años seguidos en el club, llegó el momento que me tenía que retirar de la actividad, hoy tengo 76 años y mi corazón sigue ahí. 

Gentileza de Horacio "Choco" Adaro

Domingo 12 de junio 
Especial Diario El Chubut
Por Gustavo Gómez

Los hermanos Williams festejan una vida junto al deporte
Irving y Darwing cumplen hoy 70 años. Juntos construyeron un camino ligado al fútbol, al básquet y su querido club Brown. La vida los convirtió en celebridades del deporte patagónico.
Esconder un viejo par de zapatillas en una guarida celosamente secreta, lejos de la vista de Edward, era una inocente travesura que repetían cotidianamente los hermanos Irving y Darwin Williams. Salían de casa cada tarde después de la merienda para juntarse con sus amigos, pero tenían prohibido jugar a la pelota porque destrozaban el calzado y la ropa. Entonces, pícaros los gemelos, partían como si nada de la antigua casa ubicada donde nace la calle Marcos A. Zar y a los pocos pasos, cuando se perdían de la vista de su padre, se transformaban para desplegar talento en el potrero barrial. Desde muy chicos sintieron un desmesurado amor por el deporte y casi sin darse cuenta encontraron el camino para transitar por la historia grande que se escribe en estas tierras, convirtiéndose en dos celebridades del deporte regional. 
INFANCIA
Nacieron en Gaiman el 12 de junio de 1935, luego estuvieron un tiempo en Rawson y a mediados de 1944 se radicaron en Puerto Madryn, junto a sus padres Edward y Raquel Jones, y los hermanos mayores Irma y Bernald. Quiso la aventura de aquel año que un grupo de empleados del correo y de la Prefectura encendieran la idea de crear un club deportivo. El padre de los gemelos, que era empleado del correo, se sumó al clan y fue uno de los pioneros que fundó el club Guillermo Brown. Sin duda, proyectar la vida de los hermanos Williams obliga indefectiblemente a emparentarla con la institución portuaria. Si hasta el destino quiso que Irving encontrará el amor de su vida en uno de los inolvidables bailes que organizó la institución, allá por la década del 50 en el gimnasio de la avenida Yrigoyen. 
TESTIGOS 
Cuentan con orgullo y los ojos iluminados que fueron testigos del primer clásico de la ciudad, aquel lejano 25 de mayo de 1945, cuando el equipo de José Condins superó en un memorable juego a su tradicional rival por 6 a 3. Desde ese entonces el corazón de los hermanos Williams empezó a latir en forma acelerada al ritmo de la banda. Aquel día se ilusionaron con la idea de ser ellos protagonistas directos del juego, prometieron cruzar la cuerda que separaba a los futbolistas con el público, sin percatarse que el destino le tenía reservado un vasto capítulo en la historia. Durante el verano, la actividad recreativa se circunscribía al deporte al aire libre y como en ese entonces no había gimnasios techados, el basquet era la actividad elegida por los jóvenes. Irving era base, se mostraba movedizo rápido, habilidoso, astuto y goleador. Darwin jugaba de ala, iba más al roce y no escatimaba fuerza y garra en los momentos de mayor temperatura. Fueron compañeros de Carlos Den Dulk, Juan Angel Dinatale, del “negro” Daniel Manchot, “periquin” Díaz, Mario Ponce y Enrique Sanabra entre otros, formando parte de una generación dorada que se cansó de ganar campeonatos durante la década del 50. Por la tarde, cuando caía el sol, compartían el tiempo libre con una banda de amigos inseparables, compuesta por "Lolo" Rapoport, Néstor Monochio, "Chachi" Diaz y Antonio Torrejon, paradógicamente todos ellos hinchas enamorados del Club Madryn. 
EL FUTBOL ENTRA EN SUS VIDAS   Si bien jugaban al basquet y eran fanáticos de la actividad, dividían su tiempo y pasión para alistarse en las huestes de José Gaspar Pepitoni, pasando a conformar el juvenil equipo de fútbol que se armó a mitad de siglo con la impronta del “Gran pepe”. Debutaron en el 53 y durante la primera temporada el equipo quedó segundo a solo un punto de Huracán, resultando la grata revelación del año, a los pocos meses tuvieron una rápida revancha y esa generación terminó ganando invicta el Oficial del 54 que hoy adorna las páginas escritas con más orgullo en el Club Brown. Allí también sobresalieron los gemelos. Irving jugaba de cinco, mostraba habilidad y regalaba siempre algunas exquisitez. Una crónica de le época ofreció algunas pinceladas que lo pintan de cuerpo y alma. "Juega y manda, piensa y dice" refleccionaba el periodista aquel año luego de verlo jugar. En su crónica indicaba que tenía "estampa de patrón y los peones lo quieren. Es caudillo. Aporta orden y criterio. Era vivo en las malas y en las buenas: gente". Darwin representaba la fuerza, la vitalidad y no se amilanaba ante la pierna fuerte ni escatimaba garra. Jugaba de 10 y junto a su hermano conformaba una sociedad envidiable. Pepitoni cambió el libreto, puso a los gemelos, a Manchot, Betancur y Gelpi en primera, todos pibes atrevidos a la hora de jugar a la pelota, y dejó a los más experimentados dentro del equipo para encontrar el equilibrio justo. El nuevo técnico, cuando asumió, le dio espacio y protagonismo a los más jóvenes y allí explotó un ingrediente revitalizador y renovador, dejando de lado el fútbol rígido y esquemático que no le había dado grandes resultados en los últimos tiempos al club. 
FUERA DEL DEPORTE
Durante la adolescencia se destacaron en el fútbol y también resaltaron jugando al basquet, pero todo ello sin descuidar el colegio, donde llegaron a ser escoltas de la bandera de ceremonia en los actos patrios. En el 57, Darwin viajó a La Plata y 3 años después se recibió de agrimensor. Tiempo más tarde esa profesión le permitió colaborar en la construcción del estadio Raúl Conti. Irving se casó el 14 de abril de 1962 con Margarita Maldonado. La conquistó luego de sacarle brillo a las cálidas baldosas del Club, durante un baile de elección de la reina, donde "Magy" fue la misma linda de la noche y no solo se quedó con la corona, también con el hombre de su vida. Producto de esa unión llegaron Ivana, Walter y Erica y la dinastía se extiende con el nacimiento de cuatro nietos: Julieta, Florencia, Mariana y Walter Edward que obviamente respiran aire browniano. 
Darwin se casó en 1962 con Inés Barri, pero el destino suele ser cruel y tiende algunas trampas que no tienen explicación. Le quito de su lado a la pareja de sus primeros años de juventud, el mismo día que dio a luz a su hijo. Luego encontró el amor de “Pety” Rodríguez y el 8 de agosto de 1968 oficializó la relación pasando por el altar, poco más tarde la familia se agrandó con la llegada de un nuevo heredero. Ricardo y Nelson son su orgullo, Bran, su único nieto, la luz de sus ojos. Darwing colgó los botines en el 64. Ya radicado en Trelew llegó a ser presidente del Club Huracán, motivado por otro enorme amigo: Atilio Viglione, pero siempre cuenta que cuando jugaban Brown y Huracán tenía sentimientos encontrados y nunca disfrutaba de esos duelos deportivos. Irving jugó hasta el 66 y luego se retiró, tuvo un paso fugaz por la dirección técnica y se transformó en presidente del club Brown en los albores de la década del 70. Los domingos de fútbol es fácil encontrarlos en la platea del estadio Raúl Conti, alentando a su amado Brown. La historia de los hermanos Williams nace con la fundación del club. Por sus venas corre sangre azul y blanca. Fueron eternamente fieles a una sola camiseta durante la vida deportiva. Hoy, ya alejados del marco ensordecedor de un estadio que los idolatraba, cumplen 70 años. Cada vez que suena el apellido Williams en algún rincón de la patagonia, el deporte se viste de fiesta, exactamente igual que 50 años atrás.